A medida que se acerca el otoño, la gente empieza a pensar en mantener su sistema inmunológico observando los cítricos.
A menudo se olvida que el limón no es el único ni exclusivo proveedor de vitamina C.
Averigüemos por qué es necesario comer actinidia en otoño.
Actinidia contiene más vitamina C que el limón o el pimiento morrón.
Por cada 100 gramos de pulpa de fruta hay 52,5 mg de vitamina C, lo que supone casi el 70% del requerimiento diario.
Actinidia contiene más potasio que los plátanos, de 163 a 180 mg por 100 gramos de fruta, y calcio de 51 a 120 mg.
La fruta también es rica en vitamina E, vitamina B, ácidos orgánicos, polifenoles y antocianinas.
No solo fortalece el sistema inmunológico, sino que también favorece la digestión, la salud del corazón y reduce los niveles de azúcar y colesterol en sangre.
El mioinositol (vitamina B8) que contiene reduce el riesgo de diabetes, obesidad y cáncer.
Es bueno para el sistema nervioso y también tiene un efecto positivo sobre la fertilidad.
La luteína, que forma parte de los actinidia, favorece la visión y protege contra las cataratas.
Y gracias a su alto contenido en fibra, la actinidia mejora la digestión y favorece el desarrollo de la microflora intestinal.