Si quedan patatas germinadas, algunas personas siguen comiéndolas. Sin embargo, pocas personas saben que comer patatas germinadas y arrugadas puede tener graves consecuencias para la salud.
Las patatas contienen pequeñas cantidades de una toxina llamada solanina.
A medida que las patatas brotan, los niveles de solanina pueden aumentar significativamente, especialmente en zonas verdes y zonas arrugadas.
Y como sabes, la solanina es un compuesto peligroso que puede provocar intoxicaciones y muchos efectos secundarios.
Por ejemplo, después de comer este tipo de patatas, es posible que experimente dolor abdominal o vómitos.
Las patatas germinadas se vuelven más duras y amargas debido a la acumulación de solanina y otras sustancias tóxicas.
El consumo de una verdura de este tipo puede provocar irritación de la membrana mucosa del estómago y los intestinos, lo que puede provocar inflamación e incluso úlceras.
La solanina que ingresa al cuerpo puede tener un efecto negativo sobre la función hepática.
El hígado es responsable de eliminar las toxinas del cuerpo, y los niveles elevados de solanina pueden ejercer más presión sobre este órgano, provocando que se estrese y funcione mal.
La solanina también puede tener efectos negativos sobre el sistema nervioso, provocando dolores de cabeza, debilidad, depresión e incluso trastornos neurológicos con su uso prolongado y repetido.
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