No todos los hábitos de sueño son iguales. Uno de esos hábitos es dormir boca abajo. Por tanto, conviene entender por qué y quién no debería dormir boca abajo.
Dormir boca abajo a menudo resulta en una posición antinatural para el cuello y la columna. Todo esto puede provocar tensión muscular e incluso deformación de la columna en el futuro.
Dormir boca abajo comprime el pecho, lo que puede provocar dificultad para respirar. Esto es especialmente peligroso para personas con problemas respiratorios como el asma.
La posición del cuerpo durante el sueño no puede interferir con la circulación sanguínea normal, especialmente en el cuello y la cara. Esto puede causar hinchazón e incluso empeorar los problemas de presión arterial.
Para las personas con problemas de espalda existentes, dormir boca abajo puede aumentar el dolor y la incomodidad. E incluso si una persona nunca ha tenido dolor de espalda, estos problemas pueden manifestarse.
Al dormir boca abajo, la cara se presiona constantemente contra una almohada o colchón, lo que contribuye a la aparición de arrugas en la piel de la cara. Esto se nota especialmente en la frente y alrededor de los ojos.
Dormir boca abajo puede ejercer presión sobre los órganos internos. Por supuesto, las consecuencias negativas sólo pueden aparecer si una persona duerme boca abajo todo el tiempo.
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