Los celos son como el fuego: en pequeñas cantidades pueden calentar, pero en exceso pueden destruir todo a su paso.
Puede ser una señal de que algo anda mal en una relación, pero la mayoría de las veces se convierte en una fuerza destructiva.
¿Cómo puedes frenar este sentimiento y dejar de torturarte a ti mismo y a tu pareja?
Las raíces de los celos a menudo se encuentran en lo más profundo. Esto podría ser el miedo a perder a un ser querido, las dudas sobre uno mismo o incluso un trauma infantil.
A veces los celos se convierten en un hábito que impide disfrutar de la relación. Pero comprender las razones es el primer paso para tomar el control.
Si te encuentras revisando el teléfono de tu pareja, armando un escándalo por asuntos triviales o imaginando constantemente los peores escenarios, esto es una señal de alerta.
Los celos se convierten en un problema cuando comienzan a afectar tu estado emocional y destruyen la confianza.
Para dejar de tener celos, debes empezar por ti mismo. Aquí hay algunos pasos para ayudar:
• Reconozca sus sentimientos. No niegues los celos, pero trata de entender qué los causa.
• Comprenda sus miedos. ¿A qué tienes realmente miedo? ¿Pérdida, soledad, traición?
• Desarrollar la autoestima. Los celos a menudo se asocian con la duda. Encuentra tus puntos fuertes y trabaja en ellos.
Sin confianza, las relaciones se convierten en un campo de batalla.
Si dudas constantemente de tu pareja, vale la pena pensar: ¿son estos tus miedos internos o problemas reales en la relación?
El diálogo abierto y la honestidad ayudarán a fortalecer el vínculo entre ustedes.
Cuando los celos te golpean en una ola, es importante no ceder a tus emociones. Pruebe estos métodos:
1. Tómate un descanso. Antes de decir o hacer algo, cuenta hasta diez.
2. Cambia tu atención. Haz algo que te distraiga de los pensamientos negativos.
3. Habla con tu pareja. Explícale con calma cómo te sientes, sin acusaciones ni reproches.
A veces los celos surgen porque se violan los límites personales.
Si una pareja se permite coquetear con los demás o se comporta de manera inapropiada, este es un motivo de conversación.
Pero es importante recordar: no puedes controlar a la otra persona, sólo tus reacciones.
Si los celos se convierten en una obsesión, acompañada de agresión o control constante, ya no son sólo un sentimiento, sino un problema.
En tales casos, vale la pena contactar a un psicólogo para comprender las razones y encontrar formas de afrontar la situación.
Si tienen celos de ti, es importante no culparlos, sino apoyarlos. Intenta hablar sobre sus sentimientos, demuestra que valoras la relación. Pero recuerda: no tienes que poner excusas por cada acción que realizas.
Las redes sociales suelen convertirse en motivo de celos. Me gusta, comentarios, suscripciones: todo esto puede provocar una tormenta de emociones.
Pero vale la pena recordarlo: la vida virtual no siempre refleja la realidad. No dejes que las imágenes en Internet arruinen tu relación.
Los celos a menudo se asocian con el deseo de controlar. Pero tratar de conservar una pareja sólo lo aleja.
Aprende a confiar y a dejarte llevar. Si la relación es fuerte, resistirá cualquier prueba.