El psicólogo Valery Gut contó cómo afrontar los celos.

05.06.2023 19:30

Los celos han estado viviendo entre la gente durante muchos cientos de siglos.

El psicólogo Valery Gut, candidato de ciencias psicológicas, desarrollador de la teoría de la inteligencia adaptativa, contó cómo afrontar los celos.

Se compara con la avaricia, la envidia e incluso el amor. Una persona experimenta fuertes estados emocionales negativos debido a la incapacidad de poseer algo o alguien en la medida que le gustaría.

Pero también es capaz de controlar esos sentimientos si admite que existen en él.

No siempre entendemos que los celos nos invaden y, por tanto, parece que no podemos hacer nada al respecto.

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Sigmund Freud, Karen Horney, Carl Jung y otros psicólogos creen que las personas a menudo ocultan los celos a sí mismos y a los demás.

No hay suficiente coraje social para comprender y admitir que los celos se esconden detrás de las dudas, la ansiedad y la agresión.

Allá por el siglo XIV, St. Agustín (Agustín el Bendito) escribió: “El que no tiene celos no está enamorado”.

Pero Margaret Mead, una antropóloga estadounidense, creía que los celos no muestran cuán alto es el grado de amor, sino que simplemente revelan el grado de falta de confiabilidad del amado.

Otto Fenichel, un psiquiatra austriaco, describió a las personas celosas como personas que necesitan ser amadas.

Por supuesto, es necesario distinguir claramente entre celos justificados y patológicos. Cuando existe un motivo real para presentar un reclamo a un socio, este es un proceso normal.

Te permite estar al tanto y controlar la relación dentro de la pareja. En las relaciones románticas, los celos incluso añaden emociones positivas, porque a la otra parte le queda claro que no le son indiferentes.

Pero cuando una persona inventa motivos para los celos, sugiere posibles escenarios para el desarrollo de los acontecimientos, entonces estamos hablando de otra cosa.

La base de estos celos es el miedo, que se combina con sentimientos de ansiedad, autodesprecio e ira. Una persona tiene miedo de perder el amor, el poder, el control, la estabilidad, la seguridad, el apoyo, el respeto.

Protege a su pareja de comunicarse con los demás porque, por ejemplo, no quiere que lo comparen con los demás.

Este miedo podría haberse formado en la infancia, cuando el niño era comparado con otros o amado más que a otros hermanos o hermanas.

Al inicio de la relación, Angelina Jolie le prohibió a Brad Pitt todo contacto con su exnovia. Y después de la boda, escribió en el contrato matrimonial que si Brad la engañaba, perdería la custodia de los niños.

Este deseo de poder sobre otra persona, el deseo de someterla a tu voluntad, no está dictado por el amor.

Las verdaderas causas de los celos pueden estar asociadas con traumas psicológicos en la infancia o la adolescencia, baja autoestima y apego patológico.

Pero sean lo que sean, una persona puede afrontarlos si quiere.

  • Deberías empezar reconociendo este sentimiento. Incluso los celos levemente expresados pueden provocar acciones destructivas. Por eso, vale la pena reflexionar y analizar honestamente tus sentimientos.
  • Piensa en cuántas razones hay para los celos. Si existen razones objetivas, entonces vale la pena examinar los hechos y evaluar la gravedad de la situación. Quizás no haya ninguna razón.
  • Recuerde todos los factores desencadenantes que provocaron sentimientos de celos, anótelos y anote su reacción ante ellos.
  • Determina la verdadera necesidad que se esconde detrás de todas las emociones de la lista. Por ejemplo, existe la necesidad de amor, atención, respeto, seguridad, intimidad, reconocimiento del propio valor o un sentimiento de consuelo espiritual.
    Si una persona está insatisfecha con una u otra necesidad en la vida, cada vez se sentirá engañada, innecesaria o abandonada.
  • Encontrar una solución a la necesidad identificada. Para hacer esto, es necesario mirar hacia el pasado para cerrar la experiencia o situación no vivida en él, para darse cuenta de que ya no puede tener un impacto significativo porque, por ejemplo, ha perdido su relevancia.
    Los acontecimientos difíciles del pasado permanecen en nuestra conciencia y afectan nuestro estado emocional. Por tanto, es importante deshacerse de su influencia.

“Un hombre celoso en realidad no duda de su esposa, sino de sí mismo” (Honoré de Balzac).

La formación de la personalidad comienza en la infancia, pero su desarrollo y mejora es un camino que depende completamente del deseo de una persona de cambiar su vida para mejor.

Lleva la relación con tu pareja a un nuevo nivel, ten tanta confianza en ti mismo que los celos ya no atormenten ni interfieran en la construcción de una relación sana.

Valeria Kisternaya Autor: Valeria Kisternaya editor de recursos de internet