El amor, especialmente el amor real, es complejo y consume energía, pero al mismo tiempo es un sentimiento maravilloso.
El psicólogo Gleb Trufanov contó cómo se siente el amor verdadero.
El amor es el campo de realización de dos personas. Resuelve la necesidad de intimidad, apoyo, hace la vida más fácil y da sensación de certeza y seguridad.
Como todo en nuestra vida, no llega de inmediato, sino que es producto del trabajo y del desarrollo de las relaciones entre personas, en este caso dos personas.
No confundas el enamoramiento o la pasión con el amor verdadero; es mucho más complejo y se va formando con el tiempo.
El amor implica, en primer lugar, construir un diálogo constructivo entre las personas, gracias al cual la diferencia en la percepción del mundo por parte de cada uno de los socios no se convierte en un desastre, sino en un problema con solución.
Sin duda, los conflictos acompañan cualquier interacción entre personas, pero la calidad y fortaleza de nuestras relaciones con las personas depende directamente de nuestra capacidad para trabajar para resolverlos.
Entonces, ¿cómo es el amor verdadero?
- La capacidad de expresar tus sentimientos y emociones.
¿Quién quiere leer señales o convertirse en profesionales en la lectura del lenguaje corporal y las emociones ocultas? La franqueza te permitirá transmitirle a tu pareja lo que no te conviene.
Y la capacidad de expresar esto con palabras servirá como un excelente canal para transmitir información. No es necesario soportar la incomodidad en las relaciones; debéis superarla juntos mediante conversaciones.
Hablando con franqueza y alentando a nuestro socio a resolver colectivamente el problema, podemos resolver los desacuerdos de manera constructiva y resolver el conflicto.
- Respeto por los límites de otras personas.
Cada uno tiene una gama individual de temas y cuestiones personales que es sensible en términos de la presencia de ciertos traumas psicológicos del pasado, valores e ideales.
Comentarios descuidados, burlas: todo esto puede dañar a una persona y hacerle dudar de la confianza en su pareja.
- Aceptación.
Todas las personas son diferentes: tienen sus propios intereses, aficiones, su propia visión del mundo, la percepción de los demás y de ellos mismos en este mundo.
La ausencia de intentos de rehacer al otro para uno mismo, sino de crear un clima para la integración de las opiniones de ambos socios en una vida conjunta es un diálogo constructivo entre dos personas maduras.
Falta de sobreprotección y celos fuertes.
Partamos del hecho de que las personas en la relación son adultos. Ya no son niñas y niños. No hay necesidad de intentar hacer por otro lo que él mismo puede hacer; esto humilla y convierte la relación en un “hogar de la vida cotidiana”.
Los celos intensos son una forma de control. ¿Quién disfrutaría viviendo con un fanático del control? La moderación es importante en todo.
Las relaciones deben sentirse seguras y protegidas. No, ahora no estamos hablando de seguridad física, nos referimos a la estabilidad y previsibilidad de una pareja.
Y también construir relaciones en torno a una asociación agradable, cálida y alegre en la que todos sean escuchados. No es necesario construir relaciones en torno a la solución de los problemas de su pareja.
Respeto por la elección.
El respeto es, en principio, un elemento básico de comunicación entre los socios de una relación. El respeto por la elección de uno genera lealtad y la capacidad de buscar un lenguaje común, y el respeto por la elección de otro genera confianza y seguridad.
Di no a las críticas constantes.
No compares a tu pareja con los demás y no hagas críticas sesgadas por criticar, no te esfuerces por tomar el control total de su vida exigiendo constantemente que lleves a la otra persona a tu ideal.