Independientemente de qué pareja decida separarse, para cada uno de ellos el período de separación puede convertirse en un auténtico desastre emocional.
Valery Gut, candidato de ciencias psicológicas, desarrollador de la teoría de la inteligencia adaptativa, contó cómo entender que ha llegado el momento de poner fin a una relación.
Es importante no sólo poder sobrevivir correctamente a esta tormenta, sino también construir una vida después de ella.
Cómo entender cuándo es el momento de terminar una relación
Monica Bellucci dijo una vez: “Cuando la gente se divorcia, siempre parece una tragedia. Mientras tanto, la decisión de seguir viviendo juntos puede ser una tragedia”.
A menudo tenemos tanto miedo de separarnos que estamos dispuestos a soportar y hacer la vista gorda ante nuestro propio sufrimiento o la desgracia de un ser querido.
Vale la pena pensar en romper si surgen las siguientes situaciones.
- Violencia física y psicológica. Una persona puede deshacerse de la agresión de diferentes maneras. Si decide escupirlo sobre sus seres queridos, es mejor alejarse a una distancia segura.
- Resentimiento y traición. Si no pueden dejar el rencor en el pasado, será mejor romper y no atormentarse mutuamente.
- Diferentes objetivos, valores y prioridades. A veces, incluso las personas amorosas se esfuerzan por lograr logros tan diferentes que es difícil combinarlos en una sola pareja. Si no es posible llegar a un compromiso, esto puede convertirse en motivo de separación.
¿Qué pasa cuando rompes?
Incluso si una ruptura es nuestra decisión consciente e informada, conlleva muchas experiencias difíciles. Cuando se separan, las personas experimentan el mismo sufrimiento que si un ser querido hubiera muerto.
Esto sucede porque nuestro cerebro experimenta una enorme sobrecarga durante este período. En psicología esto se llama efecto Zeigarnik.
Un día, la fundadora de la fisiopatología soviética, y entonces solo una joven estudiante, Bluma Zeigarnik, almorzó con su profesora.
Se dio cuenta de un fenómeno sorprendente: los camareros recordaban fácilmente incluso los pedidos más complejos mientras los invitados estaban sentados a la mesa, pero los olvidaban inmediatamente cuando los visitantes pagaban y se marchaban.
Después de realizar una serie de experimentos, Zeigarnik descubrió que las acciones inacabadas crean en nosotros tensión interna. Este potencial energético no permite olvidar el pasado, provocando un sentimiento de ansiedad, confusión e infelicidad.
En una relación tenemos muchas acciones y planes conjuntos que, al separarnos, provocan el efecto Zeigarnik.
Además, el estado de enamoramiento genera un fuerte sentimiento de cariño. Por lo tanto, cuando rompemos, incluso si la comunicación se detiene por completo, seguimos sufriendo una falta de emociones familiares.
Esto lo confirma el experimento de la antropóloga estadounidense Helen Fisher, quien, mediante resonancia magnética, registró que el cerebro de una persona que ha experimentado una ruptura experimenta las mismas sensaciones que el cerebro de un drogadicto que sufre de "abstinencia".
Cómo romper correctamente
Estas características de la psique humana deben tenerse en cuenta si hay que atravesar una ruptura. A menudo hacemos todo lo posible para evitar el dolor, nos mentimos a nosotros mismos diciendo que "todo saldrá bien" y tratamos de recuperar el pasado.
Como resultado, caemos en una trampa emocional, corriendo en un círculo de sufrimiento, agotándonos mental y físicamente. Para salir de este estado y tener la oportunidad de construir un futuro más feliz, es necesario pasar por las cinco etapas de aceptación de la pérdida: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Una ruptura en una relación en sí misma no es una ruptura en la conexión emocional. Por eso, cada una de estas etapas es necesaria para aceptar lo inevitable, expresar tus sentimientos y adaptarte a la nueva realidad.
El trabajo del duelo es un proceso difícil y no el más placentero, pero al finalizar hay alivio y paz. Las siguientes recomendaciones le ayudarán a superar este período más fácilmente.
- Acepta el hecho de que la relación ha terminado. En caso de ruptura, la esperanza puede jugar una broma cruel, obligándote a esperar algo que nunca sucederá.
- Cree un entorno de apoyo. Es importante tener cerca a seres queridos que puedan escuchar, simpatizar y compartir fuerza y calidez. Y al mismo tiempo, vale la pena limitar la comunicación con personas tóxicas que se permiten declaraciones con el espíritu de "Es tu culpa", "Te lo mereces", "Bueno, ¿quién te necesita ahora?". etc.
- No te limites a expresar emociones. Las lágrimas se crean especialmente para que con ellas salga el dolor. Si quieres gritar, debes alejarte y gritar. Si tienes demasiada agresividad, puedes romper platos o tirarlos practicando deportes.
Lo principal es dar rienda suelta a lo negativo, no empujarlo a las profundidades del subconsciente, donde envenenará silenciosamente el alma y el cuerpo. Se vuelve más fácil no cuando pretendemos que todo está bien, sino cuando realmente nos deshacemos de la “mochila con piedras” en forma de emociones negativas. - Renuncia a la autoflagelación. Lo peor que se puede hacer es hablar de dónde hicimos "mal", cómo nos comportamos incorrectamente y cómo una persona tan terrible, en principio, no merece amor. El pensamiento “Soy una muy mala persona y no merezco amor” definitivamente no lo hará más fácil.
Es mejor comprender los motivos de la ruptura con la cabeza tranquila y preferiblemente en compañía de un psicólogo que le proporcione una mirada sobria desde el exterior. - Formar una nueva realidad. Tenemos mucho en común con nuestra expareja: amigos en común, planes de futuro, propiedad conjunta. Después de una ruptura, necesitas crear tu propio espacio, lleno de intereses personales, comunicación y cosas agradables.
- Búsqueda de significado. Cualquier evento, incluso el más trágico de nuestra vida, con el tiempo se convierte en experiencia. Es importante entender qué es y cómo puede ayudar en el futuro.
La despedida es un motivo para preguntarse: “¿Por qué una vez elegí a esta persona? ¿Qué creencias tengo? ¿Me están ayudando o haciéndome daño?
Mucha gente se pregunta si es posible seguir siendo amigos después de una ruptura.
La comunicación amistosa o la interacción comercial de alta calidad es posible si ambos socios están seguros de que dicha comunicación no abrirá una herida mental y que la amistad no se convertirá en un obstáculo para crear nuevas relaciones.
De lo contrario, es mejor que cada uno siga su propio camino. A menudo, las experiencias emocionales difíciles se convierten posteriormente en fuentes de recursos para nosotros.
La despedida, a pesar de toda su amargura, es un poderoso impulso de autoconocimiento y superación personal. Esta es una oportunidad para estudiar y comprenderse mejor a sí mismo, aprender a construir su vida de manera más consciente y, por lo tanto, más feliz.