Si llegó a leer un artículo con este título, esto ya indica que está tratando de convertirse en una mejor versión de padre.
La psicóloga y profesora del Departamento de Psicología de la Universidad Synergy, Adelina Borzova, explicó cómo convertirse en un padre ideal.
Los científicos, por ejemplo, nunca se detienen ahí, abriendo nuevos horizontes, porque saben que siempre es necesario avanzar y desarrollarse. Esta es una gran plataforma para el crecimiento.
Si no tiene ganas de leer un artículo completo, lo más importante que debe comprender es que los niños deben estar ahí, jugar, dedicar suficiente tiempo y comunicarse. La receta parece muy sencilla, pero a la vez compleja.
¿Cómo encontrar tiempo en la apretada agenda de la vida moderna, especialmente cuando por la noche, después del trabajo, no queda energía para nada?
Ésta es la habilidad de un padre: encontrar tiempo para su hijo todos los días, bajo cualquier circunstancia. Es importante distribuir correctamente los recursos de los padres, establecer sus prioridades y también considerar si quieren pasar mucho tiempo con su hijo.
Pero este es un tema aparte. Por tanto, volvamos a la pregunta: “¿Cuál es el padre ideal?”
Un padre ideal es aquel que:
- comprende las necesidades de su hijo;
- consciente de sus acontecimientos (con quién se peleó, con quién es amigo). Si un niño te dice esto, debes saber que confía en ti al 100%. Es importante no perder esto, pero NO con el propósito de controlar su relación, sino con el propósito de influir en la situación localmente;
- sabe cuál es el personaje favorito del niño y no impone su opinión autoritaria sobre este personaje (incluso si al padre no le gusta este personaje);
- Ama a su hijo, incluso cuando lo regaña. A veces es necesario regañar a un niño, pero al mismo tiempo no demasiado autoritario (sin despotismo, causticidad y sin autoafirmación). El niño debe comprender que las personas tienen emociones, aprender a sentir los límites de los padres y comprender dónde se molestarán mamá y papá y dónde estarán felices con sus acciones;
- junto con el niño no sólo hace cosas importantes, sino también cosas para el alma. Por ejemplo, “hornear” pasteles de arena o mirar juntos el sol de la tarde a través de un vaso, etc.;
- hace sus cosas favoritas con el niño, involucrándolo así en el mundo de sus pasatiempos. Por ejemplo, a un padre le gusta clasificar la basura o coleccionar sellos, leer libros, ver vídeos en Internet sobre diversos temas (sobre economía, reparación de carburadores, etc.);
- No olvide cargar adecuadamente al niño con información útil de forma lúdica, según la edad.
Por ejemplo, hablar de cuentos de hadas después de leerlos. Es necesario hacerle preguntas al niño para comprender hasta qué punto ha comprendido la esencia del texto, pero de tal forma que no le recuerde estar estudiando; - dedica tiempo a fomentar la empatía del niño por los objetos vivos e inanimados. Es importante que el niño sepa ser compasivo.
Por ejemplo, enséñele a mostrar empatía por una muñeca. Hasta los 5 años, un niño tiende a fantasear con que los muñecos están vivos y pueden hablar, o que una piedrita puede estar molesta porque la trasladaron a otro lugar sin preguntarle al respecto. Este es un desarrollo dentro del rango normal.
En realidad, estos puntos son suficientes para ser un padre ideal.