Los surfistas son gente bastante desesperada. Un residente de Brasil, Carlos Burle, decidió confirmarlo y estableció un récord mundial.
Para ello se dirigió a Portugal, donde conquistó la ola más alta que sus hermanos habían logrado escalar hasta el momento.
Por supuesto, desde entonces su nombre ha quedado impreso en las páginas del Libro Guinness de los Récords.
Un hombre montó una tabla de surf en una tormenta llamada St. Jude.
Se sabe que el mal tiempo causó muchos problemas en el Reino Unido y en los países europeos antes de llegar a Portugal.
Según los expertos, las olas de “San Judas”, sobre las que cabalgaba el brasileño, eran sólo ecos de una feroz tormenta.
Sin embargo, surfistas y curiosos de todo el mundo vinieron a dar un paseo y simplemente contemplar este espectáculo.
El mencionado Carlos Burle, ante un público atónito, subió en su tabla a la cresta de una ola de 30 metros.
Como referencia, 30 metros es la altura de un edificio de diez pisos, sólo que en el abismo de un océano embravecido.
Anteriormente, el poseedor del récord mundial era Garrett McNamara, que cabalgaba una ola de 24 metros de altura.
