No todo el mundo necesita años de formación o talento para establecer un récord mundial.
El británico Will Cutbill se vio favorecido en este sentido por un incidente en forma de error de mensajería. Si hubiera estado más atento, nada de esto habría sucedido en la vida del británico.
Will Cutbill entró en el Libro de los Récords gracias al error de un mensajero que le trajo caramelos M&M en lugar de chocolate.
Durante un refrigerio, el británico se aburrió y decidió divertirse apilando caramelos redondos uno encima del otro.
Cutbill quedó tan fascinado por la actividad que comenzó a filmar la construcción de una torre de M&M's.
Después de varias horas de intentos fallidos, aún pudo construir una torre de cinco caramelos de altura.
Al final resultó que, el hombre llevaba mucho tiempo fascinado por la idea de establecer un récord mundial, pero siempre fracasaba.
Compraba nuevas ediciones cada año, pero no encontró allí su nombre hasta que construyó una torre de dulces.
Después de que su nombre apareció en el famoso libro, no se volvió arrogante en absoluto y confía en que cualquiera puede batir su récord.