Es difícil mantenerse en el podio, especialmente cuando se trata de récords mundiales.
Las posibilidades son mayores para quienes se atreven a hacer las cosas más locas. Y ni siquiera se trata de las abejas que protegen el cuerpo humano.
Probablemente así pensaba el estadounidense Andrew Stanton.
El hombre estableció varios récords mundiales, y cada uno de ellos supera al anterior en el grado de locura.
Para ello, el estadounidense decidió utilizar las cuencas de sus ojos, con las que levantaba o tiraba de diversos pesos.
Primero, Stanton usó las cuencas de sus ojos para arrastrar el Cadillac y su conductor.
El peso del coche y de la persona sentada en él ascendía a 2 toneladas y 400 kilogramos.
Para no privarse de su preciosa visión, el hombre fabricó unos ganchos metálicos especiales que se fijaron a las órbitas de los ojos.
El entusiasta estadounidense no se quedó ahí y utilizó las cuencas de sus ojos para levantar a su asistente, que pesaba 59 kg.
Pero esto no pareció suficiente, y entonces Andrew Stanton se pasó un cable de 3,63 metros de largo por la nariz y la boca.
El récord mundial se registró oficialmente el 31 de marzo de 2012.