El residente turco Ilker Yilmaz estableció un récord al succionar leche de la palma de su mano por la nariz y escupirla por el ojo izquierdo a una distancia de 9,2 pies (aproximadamente 2,8 metros).
Yilmaz esperaba que su logro atrajera la atención de los agentes del Libro Guinness de los Récords, y no se equivocó.
Ilker es una de las pocas personas en el mundo que puede demostrar tales habilidades, y esto se debe a las características anormales de su glándula lagrimal.
Como dijo el médico de Estambul Mahir Kendisim, Yilmaz tiene una cavidad inusual entre el párpado inferior y la cavidad nasal.
La singularidad de este caso no radica tanto en el hecho mismo de la presencia de esta cavidad, sino en el hecho de que de alguna manera fue posible aplicarla en la práctica.
Una persona nueva en el Libro de los Récords podría pensar que Ilker es la primera y única persona en establecer tal récord.
Sin embargo, la realidad resulta mucho más sorprendente.
Un tal Mike Moraal de Vancouver, Columbia Británica en Canadá, ya ha realizado un truco similar antes.
Sin embargo, Moraal sólo pudo lanzar el líquido a 8.745 pies, es decir 2,66 metros, mientras que Yilmaz logró superarlo en casi 15 cm.
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