La erupción del volcán Krakatoa, situado en Indonesia, en 1883 fue uno de los acontecimientos más poderosos y destructivos de la historia de nuestro planeta.
El rugido de la erupción fue tan fuerte que las ondas sonoras dieron cuatro vueltas a la Tierra, llegando a todos los rincones del planeta, antes de extinguirse finalmente.
El sonido de la erupción se pudo escuchar a una distancia de 4.800 kilómetros de su epicentro.
Según testigos, sonó como el sonido de disparos de cañón.
La presión sonora provocada por la erupción fue de 310 decibeles.
Esta cifra es dos veces y media superior al umbral de dolor humano, que ronda los 120-130 decibeles.
En el momento de la erupción, un barco británico se encontraba cerca del volcán.
Según su diario de navegación, a la mitad de la tripulación del barco le reventaron los tímpanos debido a la intensa presión sonora.
Anteriormente hablamos de la ciudad más limpia de la Tierra.