Si tu jefe inmediato te irrita, no debes tolerar la situación.
Aquí hay cuatro pasos simples que le ayudarán a decidir si debe intentar mejorar su relación o cambiar de trabajo.
Primero, identifica qué es exactamente lo que te molesta de tu jefe.

Las razones pueden ser objetivas (comportamiento agresivo, incompetencia, falta de respeto) o subjetivas (el problema está en tu valoración de sus acciones).
Una vez que entiendas las razones, podrás controlar tus emociones, lo que seguramente conducirá a una mejora en la situación.
En segundo lugar, define y defiende tus límites.
Si tu jefe se comporta de forma inapropiada y crea situaciones de conflicto, es importante definir claramente los límites y señalar lo que para ti es inaceptable. Importante: esto debe hacerse después de que te hayas calmado.
Si el error fue tuyo, demuestra que estás dispuesto a aceptar las críticas y pensar en cómo puedes solucionar el problema.
El diálogo es esencial, por lo que el tercer paso es encontrar un compromiso que satisfaga a ambas partes.
Intenta percibir la comunicación con tu jefe como una negociación: utiliza la escucha activa, es decir, saca conclusiones y aclara si has entendido correctamente los pensamientos de tu jefe, ponte en su lugar para comprender mejor su punto de vista. No tenga miedo de hacer preguntas: esto ayudará a evitar malentendidos.
Y cuarto: si el diálogo fracasó y la irritación no desaparece, decide si vale la pena permanecer en tu puesto actual.
Evalúa los pros y contras del trabajo: un salario alto y un buen equipo pueden compensar los efectos negativos de comunicarte con tu jefe. Si este no es el caso, entonces deberías pensar en construir una carrera en otro lugar.