Parece que algunas personas nacen para “revolotear” despreocupadamente de flor en flor en una compañía ruidosa, mientras que otras están condenadas a la soledad.
Los científicos occidentales han estado investigando si este es realmente el caso. Y resultó que la felicidad de una persona realmente depende de la persona misma y no de quienes la rodean.
Hecho científico
Así, los investigadores de la Universidad de Bremen realizaron una encuesta entre personas que no tienen pareja y se consideran solitarias.
En el trabajo también participaron hombres de familia y personas con relaciones sentimentales.
Los resultados del trabajo fueron publicados por el Daily Mail.
Como parte de una encuesta sencilla, se pidió a los voluntarios que calificaran su nivel de sociabilidad.
También se les pidió que respondieran preguntas sobre la conciencia de elección, la satisfacción con la vida, la apertura a nuevos sentimientos y que evaluaran el nivel de buena voluntad y la tendencia a los ataques de nervios.
Según una escala condicional, a cada respuesta se le debía asignar un punto determinado. Luego se sumaron los puntos.
Resultó que las personas solteras obtuvieron puntuaciones más bajas en la encuesta que los hombres de familia o las personas con relaciones románticas.
Conclusión
Los científicos han llegado a la conclusión de que es el carácter de una persona el que influye en su calidad de vida, incluido el hecho de que se sienta sola.
Pero curiosamente, las mujeres solteras estaban más satisfechas con sus vidas que los hombres solteros.
También resultó que el índice de satisfacción depende de la edad. Las personas mayores eran las más satisfechas con su estatus.