Parecería que ¿qué podría ser más inofensivo que desearle buena suerte a alguien?
Sin embargo, como respuesta se puede escuchar: “¡No lo gafe!” o "¡No digas eso!"
Un pescador se ofenderá si usted dice la palabra mágica antes de pescar, y un creyente le pide que no involucre el “azar” en un asunto piadoso.

¿A quién y por qué no debes decirle "buena suerte"?
Incluso en el siglo XXI, muchas profesiones conservan supersticiones que tienen sus raíces en el pasado.
Los pescadores y cazadores creen que un deseo directo de éxito ahuyentará a sus presas.
En cambio dicen: "¡Ni cola, ni escamas!" o bien "¡Rómpete una pierna!", y como respuesta se suele decir: "¡Al infierno!", para engañar a los malos espíritus.
Los actores consideran la frase "¡Buena suerte!" Un mal presagio. Antes de subir al escenario les desean "¡Rómpete una pierna!" (Inglés *Romperse una pierna*), que, según la leyenda, se refiere a la tradición de inclinarse tan bajo que la pierna "se rompe".
Los médicos y rescatistas evitan hablar de suerte porque su trabajo depende de la habilidad, no de la suerte. Sería más apropiado decir: “Que todo salga bien” o “Estoy esperando buenas noticias”.
Los camioneros sustituyen sus deseos por “¡Sin clavos, sin palos!”, donde “clavo” significa una avería y “palo” significa una multa de un inspector.
Cómo apoyar a una persona sin romper tabúes
Si no estás seguro de las supersticiones de tu interlocutor, utiliza frases neutrales:
1. "¡Buen día!" - un deseo universal, no relacionado con el misticismo.
2. "¡Puedes hacerlo!" - énfasis en la confianza en las capacidades de una persona.
3. “Dejar que todo vaya como debe ser” es una fórmula neutral que conviene incluso a los escépticos.
4. “Con la ayuda de Dios” – para los creyentes, enfatizando la importancia de un mayor patrocinio.
5. "¡Estoy esperando tus victorias!" - una frase motivadora sin mencionar coincidencias.