El hábito de ducharse es puramente individual: algunas personas se lavan inmediatamente después de despertarse, otras van al baño antes de acostarse.
Hay personas que se duchan dos veces al día, por la mañana y por la noche, y hay quienes prefieren realizar los procedimientos de baño cada dos días.
En 2022, la Sleep Foundation incluso realizó una encuesta que encontró que existe una distribución bastante uniforme entre las personas que realizan la ablución por la mañana (42%) y las que se duchan o bañan por la noche (38%).
Es difícil encontrar estudios que comparen estos dos métodos, pero los científicos descubrieron los beneficios de una ducha (baño) caliente antes de acostarse mucho antes, en 2019.
Luego pudieron descubrir que gracias al agua tibia, una persona se relaja y la calidad de su sueño mejora. Por lo tanto, si tienes dificultades para conciliar el sueño, debes intentar ir al baño 1-2 horas antes de acostarte.
Los investigadores también pudieron comprobar que los ritmos circadianos de una persona dependen en parte de su temperatura corporal, que desciende por la noche. Por lo tanto, para transmitir una señal al cuerpo de que es hora de dormir, puede recurrir a la ayuda de agua tibia, que reduce la temperatura corporal central.
En general, los expertos en sueño recomiendan disfrutar de una ducha o baño nocturno para aliviar la tensión muscular y sentirse tranquilo antes de acostarse.
Los dermatólogos también comparten este punto de vista: algunos de ellos confían en que conviene lavarse antes de acostarse, aunque sólo sea para evitar que la suciedad de la piel entre en contacto con la ropa de cama.
Pero hay otra postura según la cual una ducha por la mañana estimula las células de la piel y le da así un brillo saludable.
Finalmente, es posible que le hagan creer que un enjuague rápido con agua fría puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que generalmente aumenta en las horas de la mañana.
Por lo tanto, depende de ti decidir a qué hora del día ducharte.