Incluso las botellas de agua diseñadas para ser reutilizables deben reemplazarse de vez en cuando.
Por supuesto, si ve moho en el interior de su botella de agua, probablemente la tirará inmediatamente a la basura.
Pero hay otras señales, no tan obvias, pero que también indican que la botella necesita ser reemplazada.
Los defectos en el exterior no significan nada: las abolladuras y los rayones no impiden que el artículo cumpla con las funciones asignadas.
Pero dentro de la botella no debe haber grietas ni rayones; en esos lugares las bacterias generalmente se acumulan y comienzan a multiplicarse a una velocidad monstruosa.
Vale la pena considerar comprar una botella nueva si nota que el sabor u olor del agua ha cambiado.
Esto puede indicar que el material del que está hecho el recipiente comenzó a deteriorarse y que los químicos, y con ellos las bacterias, comenzaron a ingresar al líquido.
Una señal de advertencia es la placa dentro de la botella.
La corrosión puede afectar incluso a los productos de acero inoxidable, y mucho menos a la cal, a la que todas las puertas están completamente abiertas.
Si las manchas no se pueden limpiar, su botella ya ha dejado de ser útil y es hora de retirarla.
Finalmente, la señal más evidente son las recomendaciones del propio fabricante.
Inspeccione atentamente el artículo que tiene en sus manos: es muy posible que aquí encuentre información sobre su fecha de vencimiento.