El café no es una bebida común: para muchas personas, una taza de café americano o capuchino se ha convertido en una tradición matutina o en una parte integral de la pausa del almuerzo.
¿Pero cuándo el amor por esta bebida vigorizante se convierte en adicción?
Las siguientes señales le ayudarán a comprender si usted es realmente adicto a la cafeína.
En primer lugar, debes prestar atención a cómo te sientes.
Si te saltas tu taza de café habitual y no sientes ninguna molestia, es una buena señal.
Significa que no eres adicto a la cafeína.
Por el contrario, si no beber café te provoca ansiedad, te dificulta concentrarte y te hace sentir “perdido”, es probable que sea señal de adicción.
La adicción a la cafeína puede manifestarse en forma de síntomas físicos.
Estos incluyen dolores de cabeza, fatiga e incluso irritabilidad. Todos aparecen cuando el cuerpo necesita otra dosis de cafeína.
Para entender mejor su relación personal con la cafeína, intente un pequeño experimento: reduzca el consumo de café durante unos días o déjelo por completo.
Preste atención a cómo se siente, a su nivel de energía y a su bienestar general.
Esto te ayudará a darte cuenta de lo importante que es el café para ti y si tienes una adicción o solo un hábito. Si te gusta el sabor del café y puedes renunciar a él fácilmente en cualquier momento, ya sea en el desayuno, en una reunión con amigos o en un paseo, no hay de qué preocuparse.