Dónde donar tus cosas viejas: las iglesias y los refugios no son la mejor opción

28.02.2025 19:23

Cada año, miles de personas se deshacen de cosas innecesarias, confiadas en que su regalo calentará a alguien en tiempos difíciles.

Pero la realidad muchas veces resulta ser más oscura que las expectativas: en lugar de sonrisas de agradecimiento, tus cosas pueden convertirse en fuente de ganancias para alguien.

Las bolsas de ropa que se dejan en las iglesias o en los refugios rara vez llegan a los necesitados. Más bien, se enfrentan a un largo viaje a través de manos de intermediarios.

Paño
Foto: © Belnovosti

Por ejemplo, en las instituciones sociales, las cosas a menudo se almacenan en cuartos de servicio, donde se cubren de polvo y luego se envían a un vertedero o al incendio.

A menudo, ejemplares valiosos acaban en plataformas en línea: se revenden, disfrazados de “ayuda para huérfanos”.

Es casi imposible probar este tipo de fraude: las donaciones no monetarias se registran formalmente.

El Estado asigna decenas de miles de rublos mensualmente para cada niño en el refugio, y las iglesias reciben contribuciones regulares de los feligreses. Sin embargo, a menudo el dinero y las cosas terminan en los bolsillos de empleados sin escrúpulos.

La burocracia, la indiferencia y la corrupción convierten la caridad en una ficción.

Intentar ayudar a través de instituciones es como jugar a la ruleta rusa: las posibilidades de que tu chaqueta caliente a una persona sin hogar son mínimas.

Busque a aquellos que necesitan ayuda directamente.

Habla con tus vecinos: las abuelas de la entrada saben qué familias no tienen suficiente comida o ropa. Observa más de cerca a los padres en las escuelas: a algunos les da vergüenza preguntar, pero están felices de recibir cosas lindas para sus hijos.

Si ves a una persona en la calle que lleva una chaqueta desgastada, ofrécele un reemplazo abrigado. Este enfoque no requiere tiempo ni recursos, pero los resultados son visibles inmediatamente.

La bondad pierde su sentido cuando se convierte en una cadena de intermediarios.

Al entregar las cosas en persona no sólo ayudas a tu prójimo, sino que también te proteges de decepciones. A veces basta con mirar alrededor: los necesitados están más cerca de lo que parece.

Elena Shimanovskaya Autor: Elena Shimanovskaya Editor de recursos de Internet.


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