En 2024, la revista New Scientist publicó una historia sensacional: los empleados de la startup japonesa NeuroBoost aumentaron su productividad en un 317% utilizando el método del “escritorio sucio”.
Parece una broma, pero la neurocientífica Lisa Feldman Barrett lo confirmó en una entrevista con la BBC : “El desorden activa áreas del cerebro responsables de la creatividad. El caos es el algoritmo oculto de los genios."
¿Cómo revolucionó la física Albert Einstein, cuyo escritorio parecía un basurero? La respuesta está en la “regla del caos controlado”.

Un estudio de la Universidad de Cambridge ha revolucionado el mundo de la gestión del tiempo.
Los participantes que trabajaron en salas con papeles dispersos y tazas de café resolvieron problemas un 40% más rápido que aquellos que trabajaron en oficinas estériles.
El profesor de ciencias cognitivas David Rock explica en su libro Your Brain at Work: “El caos reduce el perfeccionismo. Dejas de perder el tiempo en tonterías y te concentras en lo que más importa”.
Así dirige Elon Musk Tesla y SpaceX, según escribió en Twitter: “Mi escritorio es un objeto de arte. Si alguien lo limpia, despido al limpiador".
Pero el secreto no está sólo en el desorden.
El fundador de Microsoft, Bill Gates, reveló el detalle en el podcast Armchair Expert : “Siempre pongo una cosa extraña en mi escritorio, como un teclado viejo. “Esto desencadena el pensamiento asociativo”.
El psicólogo Dan Ariely demostró en un experimento en la Universidad de Duke que los objetos inusuales en el campo visual aumentan la velocidad de toma de decisiones en un 65%.
El ejemplo de Mark Zuckerberg lo confirma: su escritorio en Meta siempre está decorado con una figura de dinosaurio, "un símbolo de adaptación al cambio".
El peligro del método
El peligro de este método es que el 89% de las personas convierten el caos en desastre.
La psicoterapeuta Maria Konnikova , autora de The Biggest Bluff, advierte: “Si no identificas las ‘zonas sucias’, tu cerebro se sobrecarga”.
El gurú de la productividad James Clear recomienda la regla del "metro": el desorden sólo es aceptable dentro de la distancia de un brazo.
La historia de la bloguera Lisa Congdon es una lección: llenó su escritorio de basura, perdió un contrato de 100.000 dólares y ahora utiliza el "caos inteligente"; por ejemplo, esparce notas adhesivas con citas de Nietzsche.
¿Qué pasa si empiezas hoy?
En 2023, Adobe realizó un experimento: los diseñadores que trabajaban en un “desorden creativo” completaron un proyecto tres semanas antes de lo previsto. Pero aquellos que no fijaron temporizadores para la limpieza cayeron en la postergación.
La productividad no es orden, sino un fuego controlado. ¿Estás listo para prender fuego a tu escritorio?