Imaginemos una situación: recientemente conociste a una persona y entablaste una conversación con ella.
Tú y tu nuevo amigo están preocupados y avergonzados.
Debido a esto, hubo una pausa incómoda en la conversación.
¿Qué suele hacer la gente en una situación así? Comienzan a llenar artificialmente la pausa con frases o preguntas generales, que en ocasiones resultan bastante ridículas.
Como resultado, la sensación de incomodidad sólo se intensifica. Se reducen las posibilidades de iniciar una verdadera amistad o (si hablamos de un representante del sexo opuesto) de iniciar una relación.
Por tanto, no pronuncies frases al azar. Es mejor utilizar una técnica que salve vidas y que definitivamente les ayudará a usted y a su interlocutor a deshacerse de la incomodidad y devolver la conversación a su curso anterior.
¿Qué pregunta hacerle a tu interlocutor?
La pregunta debe estar relacionada con la vida de tu nuevo amigo.
Ejemplos: “¿De dónde eres?”, “¿En qué universidad estudiaste?”, “¿Dónde trabajas?” etc.
Incluso las personas modestas están felices de hablar de sí mismas. ¿Por qué no aprovechar esta característica?
El interlocutor compartirá información y, muy probablemente, hará una pregunta similar en respuesta. Como resultado, la conversación irá en la dirección correcta. En tal situación, será muy fácil hacerse amigo de un nuevo conocido.