Las personas suelen notar que en momentos de excitación sienten la necesidad de ir al baño.
¿Es realmente porque las emociones están conectadas con el intestino? Intentemos responder a esta pregunta.
Las emociones realmente tienen un impacto en muchos sistemas del cuerpo. El sistema digestivo no es una excepción.
Nuestro tracto gastrointestinal es muy sensible, lo que se debe a la presencia de una gran cantidad de terminaciones nerviosas en él.
Incluso existen patologías asociadas a factores psicológicos, llamadas enfermedades funcionales. Se caracterizan por la ausencia de daños en el estómago y los intestinos, pruebas ideales, pero al mismo tiempo la persona siente malestar constantemente.
El culpable puede ser el aumento de la sensibilidad de esos mismos receptores. Las terminaciones nerviosas hiperexcitables del tracto digestivo transmiten señales falsas al cerebro, que se perciben como una amenaza. En respuesta, el cerebro influye en los intestinos, provocando sensaciones de dolor o pesadez.
Para algunas personas, debido al estrés, la ansiedad o la depresión, el cuerpo puede percibir el proceso normal de digestión como peligroso, provocando dolor en el pecho, pesadez abdominal, eructos, náuseas y vómitos.
En cuanto a los casos aislados, llamados enfermedad del oso, se asocia con la reacción de “lucha o huida”, cuando una persona percibe una amenaza y su sistema nervioso autónomo prepara el cuerpo para luchar o huir. En tal situación, es mejor deshacerse del exceso de peso.