El sudor no tiene olor: un "aroma" desagradable aparece solo cuando la ropa retiene el sudor en el cuerpo y se convierte en un ambiente favorable para la proliferación de bacterias que forman parte de la microflora de la piel.
Por lo tanto, solo hay una forma de combatir el olor a sudor: lavarse la piel y cambiarse de ropa.
No es necesario ducharse o bañarse cada hora: basta con limpiar con un paño húmedo o una esponja las zonas propensas a la sudoración excesiva.
Además, se recomienda reconsiderar lo que come: algunos alimentos aumentan el olor a sudor.
Estos incluyen cebollas y ajos, curry, fenogreco, carnes ahumadas, etc.
Un olor a sudor fuerte y difícil de eliminar puede indicar un desequilibrio de la microflora de la piel en áreas de mayor sudoración, como las axilas, la ingle, los pies y los pliegues naturales de la piel.
Para combatir este fenómeno, puedes utilizar una mezcla de agua y peróxido de hidrógeno.
Mezcle agua hervida a temperatura ambiente con peróxido de hidrógeno al 3% en la proporción de 1 vaso de agua por 1 cucharadita de peróxido.
Trate las áreas problemáticas con esta mezcla: como resultado, el peróxido ayudará a restaurar la microflora normal de la piel. Pero, por supuesto, en tal situación es mejor buscar el consejo profesional de un médico.