¿Quieres que tu interlocutor empiece a tratarte con simpatía?
Existe una forma sencilla de lograr el resultado deseado.
Basta... con repetir ciertas características del comportamiento de su contraparte.
No, no es necesario que te conviertas en una copia absoluta de esta persona.
Basta con “reflejar” un par de gestos y uno o dos rasgos de las expresiones faciales.
¿A qué conducirá "reflejar" a su interlocutor?
Por lo general, las personas sienten simpatía por aquellos que son similares a ellos en algún aspecto.
Absolutamente cualquier cosita a juego puede llamar la atención: brazos cruzados sobre el pecho, rascarse la barbilla, etc.
Pero hay un punto importante: cuando intentes "copiar" a la persona que está enfrente, no te excedas.
Es necesario que el “reflejo” no sea particularmente perceptible y se perciba, más bien, a nivel subconsciente.
Si te conviertes en un "clon" de tu interlocutor, no surgirá ninguna simpatía.
Lo más probable es que se consiga el efecto contrario: tu interlocutor llegará a la conclusión de que lo estás imitando y le guardará rencor.
Antes hablábamos de la “sonrisa del mentiroso” .