Es desagradable cuando el interlocutor, después de escuchar una pregunta importante, simplemente permanece en silencio o claramente no dice nada.
En tal situación, existe el deseo de escuchar una respuesta completa y honesta.
¿Pero cómo lograr el resultado deseado? Hay un pequeño truco que resulta eficaz en la mayoría de los casos.
Necesitas ejercer un poco de presión sobre tu interlocutor. No, no debes gritar, discutir, enojarte, amenazar o exigir una respuesta.
El “arma” más eficaz en tal situación será... el silencio.
Cómo conseguir que tu interlocutor responda una pregunta
¿La persona decidió ignorar la pregunta que le hizo? ¿O diste una respuesta demasiado breve e incompleta?
Luego cállate y empieza a mirar directamente a los ojos de tu interlocutor.
Habrá una pausa que su interlocutor considerará no sólo incómoda, sino también opresiva.
Lo más probable es que al cabo de unos segundos el interlocutor quiera explicarse. Quizás diga inmediatamente toda la verdad. O al menos volverse menos cerrados.
Anteriormente, una psicóloga explicó por qué la gente no da las gracias .