Todo el mundo se ha encontrado con esta desagradable sensación al menos una vez en la vida.
Pero algunas personas saben cómo afrontar la envidia y canalizarla en una dirección positiva, por ejemplo, se dedican al autodesarrollo para poder seguir el ritmo de sus amigos más exitosos.
Pero hay personas a quienes este sentimiento les deprime y, en última instancia, les genera muchos problemas.
Cuando la envidia se cuela en las relaciones entre amigos, se convierte en un verdadero problema.
Pero puede resultar difícil entender que un ser querido esté celoso. En este caso, es necesario prestar atención a algunas señales.
La primera señal son los chismes que aparecen sobre ti a tus espaldas.
Un verdadero amigo no dirá cosas malas de ti.
Además, esa persona devaluará sus deseos y comenzará a decir que todos los esfuerzos son en vano. Por ejemplo, que no deberías ir al gimnasio, desarrollar tu propio negocio o esforzarte en un nuevo puesto.
Un amigo envidioso competirá activamente en la vida o será manifiestamente feliz y esconderá la ira y la agresión detrás de una sonrisa. En las relaciones cercanas debe prevalecer el apoyo y la alegría por el otro.
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