Muchos padres deciden ponerle a su hijo recién nacido el nombre de un familiar fallecido.
Algunas madres y padres están seguros: no hay nada de malo en que el bebé lleve el nombre de su abuelo, fallecido hace mucho tiempo.
Por el contrario, se conserva la memoria de una persona que ya no está viva.
Sin embargo, las supersticiones populares sugieren que darle a un niño el nombre de una persona fallecida no es la mejor idea.
¿Por quién no deberías nombrar a tu hijo?
Según la creencia popular, a un bebé no se le debe dar el nombre de una persona que murió demasiado pronto. De lo contrario, el niño puede repetir este destino.
Por lo tanto, no se debe poner a un niño el nombre de un padre que falleció antes del nacimiento de su hijo.
Además, no es aconsejable que a un niño se le ponga el nombre de un hermano o hermana fallecido.
En cuanto a los nombres de los abuelos fallecidos, no existe una prohibición tan estricta.
Si mamá o papá realmente quieren ponerle al bebé el nombre de sus padres, entonces esto se puede hacer. Pero si existe la más mínima incertidumbre, entonces la idea debería abandonarse.