No todas las personas utilizan prácticas ecológicas para lograr el éxito. Algunos de ellos utilizan métodos poco éticos para implementar sus planes.
Quizás la primera en la lista de tales técnicas sea la manipulación.
La manipulación no es más que una forma de influir en otra persona. Usted mismo puede dar ejemplos de su propia vida, porque cada uno de nosotros se ha topado con manipuladores.
Por ejemplo, un niño llora para conseguir un juguete, un colega elogia incansablemente tus habilidades porque quiere dejarte parte de su trabajo, un cónyuge te compara con un vecino, reprochándote el desorden en casa y la cena no preparada para poder causar un sentimiento de culpa y obligarte a hacerte cargo de todas las tareas del hogar, etc.
Al manipular, los interlocutores suelen utilizar nuestras debilidades o palabras que pueden herirnos, ofendernos o pincharnos.
Afortunadamente, existen muchas técnicas efectivas que le permitirán resistir a los manipuladores.
Uno de ellos se llama "Disneylandia" y consiste en percibir a su agresor o a todo un grupo a la vez como niños pequeños. El llamado “truco” de esta técnica es que los niños no se ofenden y esto significa que el comportamiento y las palabras del manipulador dirigido a ti no te ofenderán.
Gracias a esta técnica podrás mantener la calma hasta el momento en que se acaben las fuerzas del manipulador.
Recuerde: no se tome personalmente todo lo que diga su interlocutor, simplemente mire Disneylandia y disfrútelo.