Una canción familiar para todos los padres. Cuanto más se acerca el final de las vacaciones o la mitad del año, más a menudo se escuchan las palabras "No quiero estudiar".
Este problema se puede resolver de forma muy sencilla. Pero los adultos suelen empezar por el lado equivocado.
Los expertos nos dijeron cómo restaurar el interés de un niño por aprender en tal situación.
Primero, necesitas averiguar el motivo.
Seguramente el niño no espera tal respuesta. Más bien, está preparado para la siguiente respuesta: “bueno, no quiero oír nada” o “es tu responsabilidad”.
Pero al preguntarle las razones de tal deseo, los padres obligarán al niño a razonar, como resultado de lo cual él mismo llegará a la conclusión de que sin educación siempre ha sido difícil.
Además, puede resultar que el alumno simplemente no durmió lo suficiente o tuvo problemas con sus compañeros o con el profesor.
Y estos son problemas de otra naturaleza.
En segundo lugar, aprenda a objetar.
Seguramente algún hijo o hija empezará a hablar de cómo uno de sus amigos o conocidos se hizo blogger y ganó dinero con la publicidad.
Recuerde que estos casos son muy raros y también son el resultado de un arduo trabajo.
Cuéntanos que la escuela no sólo proporciona conocimientos, sino que también te enseña a comunicarte con personas de diferentes niveles, estatus y edades.
En resumen, ésta es una experiencia que puede faltar en el camino hacia el éxito.
En tercer lugar, busque una solución rentable.
Comience sin problemas a dirigir la conversación hacia la implementación de proyectos.
Dígales que nadie prohíbe a los niños ganar dinero con proyectos creativos y, además, ahora hay muchas más oportunidades que hace 20 o 30 años.
En cuanto al estudio, será garantía de un futuro seguro en caso de que el proyecto fracase repentinamente.
Este enfoque le permitirá devolverle el interés a su hijo por aprender y, al mismo tiempo, revelarle sus habilidades.