A la edad de 6 a 7 años, la mayoría de los niños, siempre que estén psicológicamente preparados, dominan fácilmente la lectura.
Pero sólo unos pocos leen con avidez; muchos niños no sienten placer durante este proceso y se niegan a leer ni siquiera un par de líneas.
Si te encuentras ante una situación similar, lo primero que debes hacer es averiguar el motivo por el que el niño no quiere leer.
El problema está en el texto.
Es poco probable que el bebé quiera recorrer con la vista las líneas de un texto demasiado largo, que consta de palabras complejas y está escrito sobre un tema que no le interesa.
Ambiente estresante durante las clases.
A veces los padres (y a veces los profesores) recurren a medidas de influencia sobre el niño como coerción, presión y amenazas.
Como resultado, se produce cortisol (la llamada hormona del estrés). Ralentiza el funcionamiento del cerebro y, como resultado del estrés, el niño parece "volverse estúpido" por un tiempo.
Técnica lectora en lugar de comprensión lectora
No debe esforzarse únicamente en que su hijo lea maravillosamente en voz alta. Aun así, comprender el texto no es menos importante: es el objetivo final de dominar la habilidad de leer.
Intente lograr una buena comprensión del texto; la técnica en sí mejorará con el tiempo.