Dicen que en las aguas tranquilas hay un espíritu maligno. Si traduces esta verdad en las relaciones humanas, obtendrás una persona que es evitada y él mismo no tiene prisa por conocer a los demás.
Los primeros signos aparecen en la infancia, cuando el niño crece “tranquilo”.
Los expertos creen que los culpables de esto son los adultos y los errores de los padres.
A continuación se ofrecen algunos consejos que le ayudarán a cambiar la situación de manera oportuna.
No me impidas crecer
El niño debe aprender a afrontar las dificultades por sí mismo lo mejor que pueda. La sobreprotección y los cuidados excesivos sólo le impiden tomar decisiones por sí solo y ser responsable de sus actos.
Demandas poco realistas
No es necesario idealizar al niño ni exigirle excesivamente. De lo contrario, el pesimismo o el optimismo malsano están garantizados. Ambos conducen a la decepción.
No te compares con los demás
Esto puede privar al niño de la oportunidad de formarse su propia opinión sobre sus capacidades y su nivel de conocimientos. En otras palabras, una persona crecerá con baja autoestima.
No dejes de ser tu mismo
Es importante que los niños no duden en hacer preguntas, expresar sus opiniones, comentar, etcétera.
Recuerde que los niños tranquilos crecen en familias autoritarias. Sus padres suelen sufrir ellos mismos pensamientos ansiosos y depresivos.
Para información
Niño : en sentido básico, una persona durante la infancia y, en general, una persona desde el nacimiento hasta el final de la pubertad.