Imaginemos una situación: tu hijo empieza a llorar en casa o en un lugar público.
¿Qué le dirás a tu bebé en este momento?
“¡Deja de llorar ahora!”, “Si no dejas de llorar ahora, entonces…”: si utilizas cualquiera de estas opciones cometerás un grave error.
¡No le grites a un niño que llora, no lo critiques ni lo amenaces!
Además, no le prohibas las lágrimas a tu bebé.
Por qué no puedes evitar que un niño llore
El sistema nervioso de los niños pequeños se caracteriza por la "inmadurez".
Los niños simplemente no saben cómo reprimir las emociones negativas o “redireccionarlas” correctamente (actividad física, creatividad, juegos, etc.)
Si un niño pequeño siente miedo, resentimiento o decepción, lo más probable es que empiece a llorar sin siquiera intentar contenerse. De lo contrario, el niño simplemente no podrá aliviar la tensión.
El establecimiento de una "prohibición de las lágrimas" por parte de los padres conlleva la aparición de graves problemas psicológicos y mentales en el niño en el futuro.
Por tanto, no prohibas a tu hijo o hija llorar.
Qué hacer si tu bebé llora
No hay necesidad de gritar. Y en general no hace falta decir nada. Simplemente abrace a su hijo. Esta acción es suficiente para que el niño sienta su apoyo y comprensión.
Si el bebé comienza a derramar lágrimas en un lugar público, simplemente tome al niño de la mano e intente llevarlo a un lugar donde no haya mucha gente (o donde no haya ninguna). Y luego, nuevamente, abraza al bebé.