“¡No puedes ser codicioso! ¡Debemos compartir con otros niños! - Ésta es exactamente la recomendación que muchos niños escuchan de sus padres.
Las mamás y los papás están seguros: hay que hacer todo lo posible para que el niño sea generoso.
Este rasgo de carácter supuestamente garantizará que el niño tendrá muchos amigos y ningún enemigo.
Desafortunadamente, esta regla, contrariamente a la creencia popular, no funciona.
La voluntad de compartir sus juguetes y golosinas con todos puede afectar negativamente a su hijo.
Pero la avaricia moderada no tiene nada de malo.
Por qué no deberías impedir que tu hijo sea codicioso
Al obligar a su hijo o hija a compartir sus cosas con otros niños, se asegurará de que el niño no desarrolle una comprensión de sus propios límites y los de los demás.
El niño razonará algo como esto: “No puedo ser codicioso. Estoy obligado a dar todo aquello por lo que seré perdonado”.
Razonar al estilo de "lo debo todo" no ayudará al niño a establecer relaciones con otros niños. Y es posible que sus compañeros solo utilicen al bebé.
Lo más probable es que el problema continúe hasta la edad adulta: una persona ayudará primero a los demás y se olvidará de sí misma.
Por tanto, no obligues a tu bebé a compartir con otros niños. ¿Has visto que tu hijo es codicioso? No lo elogies, pero tampoco lo regañes.
Deje que el niño decida por sí mismo con quién vale la pena compartir y con quién no. El niño deberá disponer de sus cosas como mejor le parezca. Como resultado, el niño aprenderá a proteger los límites personales y al mismo tiempo no violar a los demás.