Darle o no un chupete a tu bebé es una decisión que deben tomar únicamente los padres, no los abuelos o los autoproclamados “expertos” en Internet.
Para facilitarle esta elección, le sugerimos que conozca algunos datos; algunos de ellos probablemente le resultarán nuevos.
En primer lugar, no se debe ofrecer un chupete a un bebé que aún no haya cumplido las 3 semanas.
El caso es que esto puede impedirle aprender a agarrarse correctamente al pecho.
Sólo después de dominar esta habilidad podrá familiarizarse con el chupete.
En segundo lugar, los chupetes ayudan a los bebés a satisfacer su reflejo de succión, lo cual es especialmente importante para los bebés que crecen con alimentación artificial.
En tales situaciones, los pezones reemplazan a los senos.
Y en tercer lugar: no debe preocuparse de que el chupete haga que su hijo rechace el pecho o que afecte negativamente a su mordida o a su habla.
Los pezones modernos pueden considerarse altamente fisiológicos, por lo que tales consecuencias son poco probables.
Lo principal es no utilizar chupetes de forma continua.
No temas ofrecérselo a tu hijo cuando se duerma o necesite consuelo.
Los problemas solo pueden surgir si el chupete está constantemente en la boca del bebé.