Para ser honesto, ser una figura de autoridad para su hijo no es fácil. Es aún más difícil devolverle esa misma autoridad.
Las palabras no te ayudarán en esto, incluso si no sólo las pronuncias, sino que las gritas. Es inútil amenazar a su hijo con quitarle el teléfono o dejarlo fuera de casa.
Si ha dejado de escucharte, todo lo que le dijiste al “niño” no es más que ruido de fondo.
Las acciones agresivas tampoco ayudarán: nadie logró llegar a un entendimiento mutuo con su ayuda, mientras que, por el contrario, apareció de inmediato un nuevo conflicto.
Consejos para padres
Si está decidido a recuperar el terreno perdido, empiece de nuevo desde cero.
Esto significa que tienes que hacer lo que dices y cumplir tus promesas.
Sólo así tanto un niño de 5 años como un adolescente de 15 entenderán que las palabras de mamá o papá significan algo y empezarán a prestarles atención.
Prepárese para el hecho de que será difícil restaurar la autoridad.
Lo principal es actuar con coherencia y seguir usted mismo las reglas establecidas.
Primero, cállate. Quédate en silencio un rato y el niño te prestará atención. Aproveche esta oportunidad para reflexionar sobre sus errores y decidir qué hacer a continuación.
Y sólo entonces podrás empezar a construir el diálogo de nuevo. Compórtate con calma y dignidad: esto es lo que hacen los adultos con autoridad.