Rechazar a un niño no es la tarea más fácil para los padres. Como regla general, a los niños no les gusta recibir rechazos e insisten por su cuenta, pero hay casos en los que el rechazo es necesario.
La primera y más importante regla es que la denegación debe estar justificada. El niño debe entender por qué lo rechazas en una determinada situación.
Explíquele que la acción que quiere realizar puede ser peligrosa, dañina o inapropiada.
La segunda regla es no prometer lo que no pueda cumplir.
Si le prometió algo a su hijo, pero por alguna razón no puede cumplir su promesa, es mejor no engañarlo ni decepcionarlo. Explícale por qué no puedes cumplir tu promesa.
La tercera regla es respetar las decisiones del niño. Si un niño no quiere hacer o recibir algo, no insistas en ello. Recuerda que toda persona tiene derecho a elegir.
La cuarta regla es no convertir el rechazo en un gran problema. El niño puede estar molesto, pero no hay necesidad de darle mucha importancia. Sin embargo, es importante poder rechazar con moderación.
Y la última regla, extremadamente importante, es mantener una buena relación con su bebé en el futuro. Después del rechazo, es necesario continuar comunicándose y entablando amistades.