Los padres amorosos deberían hacer todo lo posible para que sus hijos sean felices.
Pero no todo el mundo toma las medidas adecuadas para ello.
¿Qué secretos ayudarán con esto?
Primero, hazte feliz
Los niños ven a los adultos como modelos de conducta. Si los modelos a seguir están deprimidos o constantemente insatisfechos con algo, será difícil que el niño sea feliz.
Por lo tanto, trate de transmitir un modelo de comportamiento positivo.
Enseña a disfrutar de las pequeñas sorpresas
Muchos padres se quejan de que los niños aceptan con indiferencia incluso los regalos más caros. Sin embargo, esto sucede porque usted mismo ha comenzado a poner los valores materiales en primer plano.
Por supuesto, usted quiere complacer a su hijo con las mejores y más preciosas cosas, pero la felicidad y la alegría se esconden en las pequeñas cosas. Una taza que te regaló el abuelo, una chuchería que trajiste de un viaje o un collage de fotos hecho por toda la familia enseñarán a los niños a valorar las emociones, no el dinero.
Juegos y atencion
Tampoco debes perder de vista que debes pasar un buen rato con tus hijos para que el tiempo de ocio familiar sea recordado por ellos y se convierta en un recuerdo vivo y agradable.
Varios juegos son geniales para esto.