Muchos padres suelen notar que los niños crecen de forma bastante egoísta.
Desde pequeños no les interesa nada más que el beneficio personal y su propia comodidad.
Mamá y papá pueden perdonar esto, haciendo la vista gorda ante el egoísmo evidente. Sin embargo, la sociedad no será tan tolerante: rara vez quieren construir relaciones personales, amistosas y laborales de alta calidad con los egoístas.
¿Por qué los niños crecen egoístas?
Seguramente entiendes que el principal “mérito” es para los padres. Si los adultos siempre anteponen los intereses y necesidades de los niños a los suyos propios, entonces se acostumbran.
A muchas personas les resulta difícil determinar la línea divisoria entre cuidar a un niño y complacer sus caprichos. Pero es la división correcta la que ayudará a desarrollar una persona empática que sea capaz de sacrificar su propio beneficio por el bien de los demás.
También hay una desventaja.
Si un niño crece en un ambiente bastante ascético desde la infancia, entonces quiere recuperar el tiempo perdido lo más rápido posible. Estas personas entienden: si ellos no se cuidan a sí mismos, los demás tampoco lo harán.
Por lo tanto, es necesario encontrar un "medio dorado". Ama a tus hijos, cuídalos, pero no te apresures a cumplir cada petición en detrimento de tus intereses y necesidades.