¿Su hijo le desobedece, ignorando todas las peticiones y reglas que le formula?
La situación se puede mejorar. Y no es tan difícil como podría parecer a primera vista.
Resulta que para convertir a un bebé obstinado en uno tranquilo, solo es necesario seguir 3 reglas.
Crear una lista de reglas claras y aplicables
Es interesante el siguiente hecho: muchos niños se vuelven desobedientes no por terquedad y obstinación, sino por la confusión de las reglas.
Algunos niños simplemente no entienden qué quieren exactamente sus padres de ellos.
En algún momento, los niños y niñas llegan a la conclusión de que todavía es imposible complacer a mamá y papá. De ahí la desobediencia.
Haga una lista clara de reglas de comportamiento claras y razonables que el niño pueda seguir.
En este caso, será mucho más fácil tanto para usted como para su hijo.
Las prohibiciones siempre deben seguir siendo relevantes
No actúes según el principio: “Hoy lo permitiré, pero mañana lo prohibiré”.
Las reglas siempre deben aplicarse. Son posibles excepciones, pero es necesario discutirlas con antelación: explíquele a su hijo en qué condiciones se puede levantar temporalmente la prohibición.
Hay un punto más importante: todos los miembros de la familia deben conocer las restricciones para el niño. No debe ser que la madre le prohíba hacer algo al niño, sino que la abuela lo permita.
Los padres deben ser un ejemplo.
Y, por supuesto, el ejemplo de los padres es muy importante para todos los niños.
Si le prohibió a su hijo hacer algo y luego usted mismo violó esta regla, no se sorprenda si el niño se vuelve desobediente.