La comunicación con los niños debe estar sujeta a reglas especiales para que sea lo más productiva posible.
Para hacer esto, es necesario evitar algunas deficiencias para que no surjan dificultades y malentendidos.
¿De qué errores estamos hablando?
Conversaciones amistosas
Se debe trazar una línea jerárquica clara entre padres e hijos, por lo que se deben excluir las conversaciones amistosas. Esta es una tendencia muy controvertida en la crianza de los hijos.
Por un lado, nos acercamos más a nuestros hijos. Pero por otro lado, el niño puede dejar de obedecer, ya que los “amigos” no pueden tener la patria potestad.
Presión constante
Es difícil considerar productiva la comunicación si los padres presionan constantemente a sus hijos. En este caso, las conversaciones se vuelven difíciles y desagradables.
El tono de la conversación no siempre tiene que ser serio e instructivo.
Monólogo de padres
Si a los niños no se les proporcionan líneas en el diálogo, entonces una conversación de este tipo no puede considerarse útil ni construida correctamente. Está claro que los adultos intentan reforzar sus posiciones, pero los niños también deben participar en el diálogo.