Incluso los padres modernos que visitan a un psicólogo y leen literatura especializada pueden utilizar frases que pueden afectar negativamente a sus hijos en el futuro.
Una de estas expresiones de “culto” es “¡No seas cobarde, eres un hombre!”
Esta frase puede inculcar en un niño la idea de que está prohibido experimentar miedo, que por tener miedo de algo, inmediatamente deja de ser valiente.
Como resultado, el niño comienza a reprimir estos sentimientos para no ser ridiculizado por sus padres. A veces esto conduce a la aparición de neurosis.
Imagine una situación en la que su hijo tiene miedo de quedarse dormido si la habitación está a oscuras.
¿Crees que la terapia de choque, cuando los adultos dejan al bebé solo en una habitación oscura, le ayudará a afrontar el miedo?
Quizás en algunos casos el niño pueda superar su miedo, pero lo más probable es que su miedo a la oscuridad se convierta en una fobia.
Debes comprenderlo tú mismo y transmitirlo a tus hijos: es bastante normal sentir miedo ante cualquier cosa.
Y para animar al hombrecito, intente decirle “Es normal que tengas miedo”, “Todos experimentamos miedo a veces”, “Pensemos juntos en cómo podemos resolver este problema”.