Es poco probable que los buenos padres lastimen intencionalmente a sus hijos, pero aun así sucede.
Por tanto, los adultos deben ser más responsables y controlar su comportamiento.
Si los niños se sienten ofendidos constantemente, esto puede causarles un trauma. También socava la confianza en los padres.
¿Qué acciones vale la pena destacar?
Haces reír a un niño delante de otras personas.
Los niños no entienden bien el humor, pero notarán perfectamente que los demás se ríen de ellos. En esos momentos, el niño comienza a sentir vergüenza.
Esta no es una experiencia agradable para los niños, así que trate de no hacerlos reír.
Desconfianza
A veces es mejor fingir que le creíste al niño que sorprenderlo mintiendo en el momento en que dice la verdad. Esta es la mayor decepción a la que se enfrentan los niños.
El niño crece confiado en que siempre podrá confiar en sus padres. Y la desconfianza destruye por completo este sentimiento.
Comparación constante
A nadie le gusta que los demás le sirvan de ejemplo. Estamos acostumbrados a que sólo debemos comparar con nuestra experiencia anterior.
Por lo tanto, no debes humillar a un niño con palabras de que alguien es mejor.