Cuando los padres comienzan a presentar a sus bebés alimentos distintos de la leche materna o la fórmula, ofrecerles un plátano parece una buena idea.
Esta fruta suave, dulce y que dura todo el año parece la elección perfecta para empezar.
Además, los plátanos contienen carbohidratos, conocidos por ser una fuente de energía para el crecimiento y el desarrollo. También hay potasio, que es necesario para un metabolismo adecuado, así como fibra, que necesita el tracto gastrointestinal.
Sin embargo, es necesario familiarizarse con los plátanos de forma gradual, teniendo en cuenta una serie de reglas simples.
1. Antes de que el bebé pruebe el plátano, debe familiarizarse con los platos principales de la primera toma.
Entre ellos se encuentran los cereales sin lácteos, los purés de verduras (brócoli, calabacín), los purés de manzana y pera, etc.
2. Se recomienda comenzar con purés para bebés producidos comercialmente que contengan plátano. Estos “tarros” tienen una composición equilibrada y se someten a un estricto control de calidad, y su textura es ideal para la alimentación infantil.
3. A la hora de introducir puré de plátano, conviene seguir las reglas generales: empezar con una cucharadita y aumentar poco a poco la ración.
4. Si el niño no experimenta reacciones no deseadas, puede ofrecerle trozos de plátano, por ejemplo, agregándolos a gachas o requesón.
Y, por supuesto, a pesar del consejo de los expertos, no olvides consultar con tu pediatra la posibilidad de introducir alimentos sólidos.
