Muchas mujeres que son madres por primera vez se enfrentan a dudas y mitos respecto a la calidad y cantidad de su leche.
En realidad, sus temores tienen poco que ver con la realidad, porque de hecho, la leche materna es un alimento único y perfectamente equilibrado para los recién nacidos.
Debido a que el color de la leche materna parece azulado, puede parecer líquida y poco nutritiva.
Esto se debe a que la leche materna se divide en dos fracciones.
La parte delantera es más fina, pero es la que calma la sed del bebé, mientras que la parte trasera de leche materna es más espesa y nutritiva.
Si una madre, al mirar su leche, comienza a preocuparse de que su bebé no tenga suficiente comida, puede decidir alimentarlo, cometiendo así un error fatal.
Debido al hecho de que la leche es mucho más fácil de "extraer" del biberón que del pecho, el bebé probablemente no querrá esforzarse y habrá que reducir la leche materna.
Por eso, los expertos en lactancia aconsejan tener paciencia, aprender a amamantar y amamantar adecuadamente al bebé, y no agarrar la fórmula desde el primer día de vida.