Cualquier padre puede confundirse durante la rabieta de un niño.
Y esto es comprensible: en muchos casos, la transición del bebé a un estado de excitación nerviosa extrema se produce de forma inesperada.
Hace apenas un minuto, el niño se comportaba con calma, pero de repente sucedió algo (por ejemplo, el bebé se asustó, perdió un juguete o no pudo persuadir a mamá y papá para que compraran algo). Como resultado, el niño comenzó a llorar y a rodar por el suelo.
Algunos padres cometen un error en este caso: le gritan a su hijo o hija o le ruegan que se calme.
Y algunas madres y padres cumplen con la “demanda” del bebé, sólo para que vuelva a comportarse con normalidad.
¡Pero debemos actuar de manera diferente!
Cómo deben comportarse los padres si su hijo está histérico
Muchas madres y padres se preguntan: “¿Cómo hablarle a un niño que muestra demasiadas emociones?”
La respuesta correcta probablemente sorprenderá a muchos: “De ninguna manera”.
De nada sirve gritarle a un niño histérico, regañarlo, sentir lástima por él, calmarlo con palabras/regalos o hacerle cualquier pregunta.
El hecho es que lo más probable es que un niño en tal estado no escuche a nadie: esta es una característica de su neurofisiología.
Siga una regla simple: "Si el bebé comienza a ponerse histérico, debe esperar tranquilamente el momento en que el niño o la niña dejen de llorar".
Sólo después de esto los padres podrán descubrir qué causó exactamente las lágrimas y qué quiere exactamente el niño.