No sólo los hijos de otras personas crecen rápidamente, sino también los suyos propios: a veces los padres ni siquiera tienen tiempo de entrar en razón cuando su bebé llega al primer grado.
El ingreso a la escuela es un período importante e intenso asociado con un nuevo entorno, responsabilidades, relaciones y otros eventos y fenómenos nuevos.
Por supuesto, tales cambios pueden causar estrés no solo al propio niño de primer grado, sino también a sus padres, por lo que los adultos definitivamente deben familiarizarse con principios simples, gracias a los cuales ellos y su hijo podrán pasar con seguridad esta etapa simple. .
Separación adecuada
No debes percibir a los niños como extensiones de ti mismo. Cuando dices que tu hijo debe ser el mejor en todo para que no te avergüences de él, estás poniendo sobre sus hombros idealización y exigencias infladas, lo que destruye la individualidad del pequeño y su capacidad de ser natural.
Recuerda: tu hijo no es igual que tú. Déjelo ser él mismo: no le exija que cumpla con sus expectativas y no se sienta culpable por sus errores escolares ni se enorgullezca excesivamente de sus logros, sus calificaciones le pertenecen solo a él.
Aceptación y apoyo
Es importante que un niño aprenda a confiar en sí mismo, en sus sentimientos y fortalezas, y la escuela le ayuda en esto. Los padres deben asumir el papel de padres confiables y brindar apoyo y aceptación al estudiante; a través del ejemplo de la interacción con un adulto comprensivo, los niños aprenden a confiar en sí mismos.
Transmítale a su hijo solo un hecho: no importa lo que haga, no importa quién diga algo sobre él, seguirá siendo su amado bebé y usted siempre estará de su lado.
Contacto directo y confidencial
A veces la escuela se convierte en una fuente de dificultades para un niño. Debido a esto, es extremadamente importante que puedas hablar con él individualmente en cualquier momento, en un ambiente seguro, sin prejuicios y respetuoso de cualquier sentimiento que pueda tener. Sólo así podrás convertirte en una autoridad para tus hijos.
Derecho a la niñez
Aunque su hijo se haya convertido en un escolar y ya no sea un niño pequeño, todavía no es un adulto. Que tenga tiempo para el ocio y el ocio compartido. Muéstrele que con la llegada de la actividad activa, la vida solo se vuelve más interesante y que la infancia sin nubes no desaparece por ningún lado con la llegada de la vida escolar.