Los aciertos y errores de un adulto se originan en la infancia. Qué tan segura o oprimida resulta una persona: todo depende de los padres, o más bien, del modelo de educación.
Antiguamente no pensaban mucho en esto y dependían exclusivamente de la escuela y del cinturón de su padre. Ahora todo es diferente.
Los expertos hablaron sobre los modelos de crianza, sus diferencias y consecuencias.
Estilo autoritario
Implica control y toma de decisiones de los padres sobre lo que el niño necesita. Al mismo tiempo, los padres confían en que están haciendo el bien por sus hijos y que seguramente crecerán exitosos y felices.
En realidad, los niños se convierten en excelentes estudiantes, deportistas olímpicos, pero psicológicamente no todo es muy bueno.
En la edad adulta, estas personas se enfrentan al agotamiento emocional y empiezan a buscarse a sí mismas tarde, no siempre con éxito y durante bastante tiempo.
Y sucede que los niños, desde pequeños, empiezan a oponerse a sus padres.
estilo liberal
Todo niño sueña con esto. Los padres no prohíben, no tocan y permiten que sus hijos elijan de forma independiente actividades de su agrado.
Los padres permiten que los niños comprendan la vida a través de prueba y error, pero en la adolescencia, los niños comienzan a comprender que les falta la atención y el amor de sus padres y que necesitan amor, apoyo y reconocimiento de otras personas.
Está plagado de malentendidos, disputas entre generaciones, reproches mutuos y otras negatividades mutuas.
estilo de crianza
Parecido al autoritario, pero muy suave. En un entorno profesional, este modelo también se llama sobreprotección; ya se ha dicho mucho sobre su daño.
Los padres protegen rápidamente al niño de todo lo malo del mundo exterior. Como resultado, surge el mismo control y limitación total.
Los niños crecen indefensos y dependientes. En el futuro se enfrentan a problemas: aumento de la ansiedad y otros ejemplos.
estilo democrático
El modelo más exitoso entre todos los descritos. La comunicación se basa en el respeto mutuo.
Pero, al estar al mismo nivel que el niño, los padres deben estar preparados para el hecho de que un día el niño les hablará de sus derechos y responsabilidades.
En última instancia, el modelo sólo puede tener éxito si los niños son obedientes y comprenden lo que sus padres les permiten hacer.
En este caso, existe la posibilidad de criar a una persona segura, disciplinada e independiente.