Si quieres que tu hijo se despierte activo y de buen humor durante todo el día, haz que su mañana sea realmente buena.
Crea rituales de despertar
Cada mañana puedes empezar, por ejemplo, abriendo las cortinas y poniendo una música agradable: puede ser la canción favorita de tu bebé o los sonidos de la naturaleza.
Crea un "ruido" acogedor
Por "ruido" nos referimos aquí a los pasos y voces (no gritos) de familiares, el ruido de los platos, el gorgoteo del agua o el silbido de una tetera hirviendo, etc.
Utilice maniobras más activas.
Si todo lo que sucede no interfiere con el sueño del niño, intenta llamarlo cariñosamente, acariciando sus mejillas, brazos y piernas. Al mismo tiempo, diga suavemente: “¡Piernas, es hora de levantarse! Mejillas, ¡es hora de sonreír! etc.
Para que le resulte más fácil levantarse por la mañana, piense en algo interesante que hacer por la noche.
Esto podría ser ir a un centro de entretenimiento, cocinar panqueques juntos, etc.
Si te resulta difícil pensar en cosas interesantes que hacer cada día, intenta poner pegatinas en un álbum después de despertarte y, cuando tengas un número determinado, cumple el pequeño deseo de tu bebé.
Anteriormente te contamos por qué los niños pequeños no deberían ver la televisión.