Los adultos son libres de elegir si comer carne o no, pero este producto debe estar presente en la dieta de los niños.
¿Pero qué pasa si el bebé se niega a abrir la boca cuando ve un trozo de carne en su cuchara?
Averigüemos por qué el niño se convirtió en un "no carnívoro".
Al niño no le gusta el aspecto de la comida.
Es probable que la persona quisquillosa se sienta confundida por el color o la consistencia del puré de carne; en este caso, intente coger un frasco de otro fabricante.
El niño fue obligado a comer carne.
Como resultado de tales acciones, los niños pueden desarrollar aversión a este sabor y, a veces, un reflejo nauseoso. Nunca uses la fuerza: en su lugar, usa tu creatividad e introduce la carne poco a poco, eligiendo un tipo diferente a aquel con el que alguna vez ocurrió un bochorno similar.
El niño siente repulsión por el gusto y el olfato.
De hecho, el cordero, el conejo y la ternera pueden parecer específicos. No hace falta insistir, ofrécele otro tipo de carne.
El niño no puede masticar.
Si le das a tu hijo carne en trozos, pero él la rechaza, asegúrate de que sepa masticar bien y tenga suficientes dientes para ello. Si no, esperar con los trozos y volver al puré.
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